lunes, 21 de mayo de 2012

REDUCCION DE CABEZAS

SHUARAS




Reducción de cabezas

La reducción de cabezas es una tradición ancestral Shuar y tiene gran simbolismo. Cuando se enfrentan dos tribus Shuar por territorio o por otros motivos, el jefe vencedor toma la cabeza del jefe perdedor y procede a la reducción de la cabeza del mismo. El jefe Shuar se encarga de hacer la tzantza totalmente solo, en profunda meditación y ayuno. Los miembros de la tribu vencida pasan a ser parte de la tribu vencedora, sin que haya repudio o discriminación.

Para la reducción de la cabeza, los Shuar primero cortan la cabeza de su adversario. Luego, con un cuchillo, hacen un corte desde la nuca al cuello, tiran de la piel y la desprenden del cráneo, desechando el cerebro, ojos y demás partes blandas, además de los huesos.

El siguiente paso es meter la piel en agua hirviendo, a la que le añaden jugo de liana y otras hojas, lo cual evita el desprendimiento del cabello. Mantienen la cabeza sumergida durante unos quince minutos, ya que si lo hicieran más tiempo la cabeza podría ablandarse demasiado y posiblemente pudrirse.

A continuación, retiran la cabeza del agua; en ese momento está reducida a la mitad del tamaño original, y dejan que se seque. Una vez seca, raspan la piel por dentro para quitar restos de carne, y evitar el mal olor y la putrefacción; finalmente la frotan por dentro y por fuera con aceite de Carapa.

Después, cosen el corte realizado en la nuca, para extraer los materiales blandos y el cráneo. También cosen los ojos y la boca, quedando la cabeza como una bolsa, a la que introducen una piedra del tamaño de un puño o el volumen equivalente en arena caliente.

Finalmente, la cuelgan sobre el fuego para disecarla poco a poco con el humo, a la vez que van dando forma al cuero con una piedra caliente. En este proceso la cabeza termina de reducirse. Después, retiran la piedra o la arena y tiñen la piel de negro. Tras el proceso, la cabeza reducida termina teniendo el tamaño aproximado de un puño, es decir la tercera o cuarta parte de su tamaño original.

NAPO





Varias comunidades indígenas como los Quichuas del Oriente habitan en Napo. Sus habitantes elaboran artesanías con productos naturales de la zona, tales como shigras (bolsos de mano), cerámicas, arcos y flechas. Sus pueblos aún conservan tradiciones centenarias, tiene un clima tropical húmedo.

SHUAR

SHUAR



Sexualidad y Pueblo

El Pueblo Shuar constituye una etnia milenaria que vive en la selva amazónica del sur oriente ecuatoriano, en perfecta simbiosis con la naturaleza.

El hombre al casarse cuenta con 20 años de promedio; la esposa entre 17 y 19 años. Aproximadamente el 10 por ciento de maridos son más jóvenes que sus esposas. Algunos, según la antigua costumbre, han tomado dos o tres mujeres. Si el cónyuge muere, sobre la viuda tiene derecho el hermano del difunto.
En épocas antiguas, no tenían la costumbre de hacer bodas como en la actualidad. Hacían el pedido al papá y a la mamá y luego de haberse casado se iban de cacería; lo que traían se lo daban a sus suegros, y esto era suficiente.

El matrimonio entre familiares está prohibido porque hay la creencia de que los desposados se convierten en duendes, en shuar tuwa, un hombrecillo capaz de matar a las personas.

Hay un alto porcentaje de mujeres con un promedio de cinco niños. Casi un tercio de la población femenina en edad fértil ha tenido por lo menos un aborto.

El shuar, a más de la vida conyugal en su morada, tiene relaciones sexuales algunas veces en la huerta, el monte, o a orillas de los ríos, para que la divinidad "tome acto" y conceda luego comida, cacería y pesca a la nueva familia.

HUAORANI

HUAORANI
 
 
 
COSTUMBRES
 
Los huaorani son pueblos cazadores, recolectores que viven en casas comunales en formatemporal. Suelen movilizarse a otras áreas en búsqueda de buena caza y pesca así como de productos recolectables. Es decir son semi-nómadas.
 
COMIDA TIPICA
 
 Se alimentan de yuca, plátano verde, maní, camote, maíz y carne de mono, aves, cerdossalvajes y pescado. 
 
VESTIMENTA
 
Muchos misterios rodean a los Huaorani, que apenas hace dos generaciones utilizabanhachas de piedra y vivían desnudos en la selva inmensa e impenetrable. 

lunes, 14 de mayo de 2012

ETNIA ASHANINKA



ETNIA ASHANINKA

Departamento: Ayacucho, Cusco, Huánuco, Junín y Ucayali.

Provincias: Huanta (Ayacucho; distrito: Sivia), La Convención (Cusco; distritos: Echarate, Quimbiri), Puerto Inca (Huánuco; distritos: Puerto Inca, Tornavista), Chanchamayo (Junín; distritos:Perené, Pichanaqui), Satipo (Junín; distritos: Coviriali).



Reseña: Ríos: Bajo Apurímac, Ene, Tambo, Satipo, Pichis, Bajo Urubamba, Alto Ucayali, Pachitea y Yurúa, así como en los principales afluentes. Posiblemente, la presencia de asháninka en Brasil se deba al boom del caucho, cuando los patrones los trasladaron desde el Gran Pajonal. Constituyen el grupo indígena más importante de la Amazonía peruana, puesto que suman 52, 461 personas, el cual representan el 21,89% del total de la población. Tradicionalmente conocidos como campas, los asháninkas vivían en una zona que comprendía los valles los valles de los ríos Apurímac, Ene, Tambo, Perené, Pichis, un sector del Alto Ucayali y la zona interfluvial del Gran Pajonal. Por muchos años fueron considerados como grupos diferentes debido a diferencias dialectales, pero el tipo de intercambio matrimonial y de bienes entre los grupos residenciales de las distintas regiones nos permite concluir que se trata de una sola sociedad. Antes de la llegada de los expañoles, los ashanínkas mantenían relaciones de intercambio con los pobladores andinos. A partir de 1635, los asháninkas comenzaron a ser evangelizados por dominicos y franciscanos, siendo estos últimos quienes constituyeron efectivamente la presencia del Estado colonial español en dicho territorio. Los franciscanos fundaron inicialmente una misión para los campas y amueshas cerca del actual pueblo de La Merced, trazándose por objetivo el control del Cerro de la Sal para así tener bajo su dominio el intercambio de bienes entre las étnias de la Selva Central y ejercer su poder sobre éstas. Hacia 1640, los franciscanos tenían siete centros en dicha zona. Sin embargo, fueron destruidos por una rebelión provocada en gran medida por la llegada de mineros españoles a la zona.




 En 1671, los franciscanos restablecieron las misiones cerca del Cerro de la Sal y fundaron otras a lo largo del río Perené. Sin embargo, en 1674, se produjo un levantamiento dirigido por Fernando Torote, jefe asháninka instigado al parecer por los piros, quienes temían la interferencia de los franciscanos en el intercambio de sal entre ellos y los asháninkas. En 1709 la rebelión de Juan Santos Atahualpa dieron por terminado la actividad misional. Sin embargo, en 1869 los asháninka fueron vulnerados y se fundó la ciudad de La Merced. Pero en 1889 se estableció la Peruvian Corporation, empresa inglesa a la cual le otorgaron 500, 000 hectáreas, con la cual se inició la penetración colonizadora. Con el auge del caucho, los campas fueron esclavizados y vendidos. En 1920, los misioneros adventistas emprendieron un trabajo misional en la zona. Posteriormente, en el año 1965, los asháninkas se vieron envueltos en los enfrentamientos entre las guerrillas del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el ejército peruano. Nueve años después, el Estado peruano creó la Ley de Comunidades Nativas que otorgó a los grupos indígenas garantías sobre sectores del territorio tradicional. En el período comprendido entre 1986 y 1996 los asháninkas se vieron involucrados en la violencia desatada, tanto por los grupos Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, así como de las acciones desarrolladas por las fuerzas antisubversivas para controlar estos movimientos. La existencia de hidrocarburos en las cuencas de los ríos Ene, Tambo, Perené y Pichis representan nuevos riesgos para los asháninkas.




La sociedad asháninka se organiza sobre la base de la descendencia de tipo bilateral, en la que se reconocen por igual las relaciones del lado del padre como del lado de la madre. De esta forma, el grupo está conformado por personas con las cuales establece una relación genealógica. El parentesco asháninka es de tipo dravidio, es decir, se caracteriza principalmente por separar a los parientes en dos grandes clases: consanguíneos y afines en las generaciones de ego -o individuo de referencia-, los padres de éste y sus hijos, para luego reunir el conjunto en las generaciones de abuelos y nietos -asimilación por bifurcación. Sólo deben contraer matrimonio fuera del ámbito de las relaciones de consanguinidad y afinidad conocidas.



Con respecto a la actividad económica, los asháninkas viven de sus chacras con el sistema de rozo y quema, produciendo maíz, yuca, plátano, frijol, piña, maní, calabaza y camote. Asimismo, se dedican a la caza, pesca y recolección. Algunos cultivan café y fruta para la comercialización; otros se dedican a la ganadería. No menos importante resultan la extracción madederera, en especial en la zona del río Tambo y Alto Ucayali.

ETNIAS WAORANIS


Historia de los waorani



Los Cazadores
Hace los años 50 del siglo XX años el pueblo Waorani fue totalmente desconocido por el mundo occidental. 


Por el año 1950 los Waorani (antes se escribía “Huaorani” ) pasan a ser seminómadas, cazadores, recolectores y habitantes de las riberas de los ríos. 



La historia moderna de los Waorani empieza con la aparición de las PETROLERAS ya que estas compañías invadían nuestro territorio para extraer toda la riqueza. 



Para ser una persona Waorani un niño debía nacer de un padre Waorani. 



Antiguamente a las personas Cowudi (otra raza, blanco o mestizo) que visitaban nuestro territorio los Waorani los mataban con lanzas ya que ellos pensaban que llegaban solamente para hacernos daño y a matar a los jóvenes para ser comidos. 



Los Waorani trabajan siempre en grupo incluso se casan con personas que están dentro de su grupo.



El territorio Waorani, aunque ha sido nuestro habitat desde tiempos remotos, fue reconocido y legalizado por el Estado ecuatoriano apenas en 1990. El territorio Waorani es de 790.000 hectáreas ubicado en la región Amazónica del Ecuador con aproximadamente 2500 habitantes. 



Los huaorani nunca tuvieron una enseñanza religiosa para creer en un Dios y fue en 1947 que Dayuna, una niña Waorani que logró escapar de una matanza entre etnias, buscó refugio donde un mestizo llamado Carlos Sevilla. Allí vivió durante su fuga, como sirvienta. 



Llegaron unas misioneras hacia Dayuma y ella les enseñó las bases de su idioma para que ellas puedan acercarse a los waorani. Después las misioneras volaron sobre sus casas con parlantes comunicándose por medio de su idioma y ofreciendo grandes regalos; las misioneras fueron aceptadas en sus hogares para 
compartir conversaciones y Dayuma regreso con su madre Acahua y su tío Guiquetari. Las misioneras tradujeron la Biblia a huaotededo*. 


La Nacionalidad Waorani


Idioma: Wao terero, es un idioma no clasificado. Ellos se denominan wao, que significa "la gente", en oposición a "cowode", la "no gente", que son todas las demás personas. Se dividen en varios subgrupos: Toñampare, Quenahueno, Tihueno, Quihuaro, Damuintaro, Zapino, Tigüino, Huamuno, Dayuno, Quehueruno, Garzacocha (río Yasuní), Quemperi (río Cononaco) Mima, Caruhue (río Cononaco) y Tagaeri.

Población: Unas 2.000 personas agrupadas en 24 comunidades.
Ubicación: Entre el río Napo al norte, y el río Curaray al sur, a lo largo de los ríos Yasuní, Shiripungo, Cononaco, Villano y afluentes menores, en una extensión territorial de 678.220 hectáreas, zona del territorio waorani.




Llamados peyorativamente "aucas", los waorani han sido conocidos principalmente en relatos de corte misionero. Tradicionalmente, fueron un pueblo de hábiles cazadores y de guerreros, que ocupaban un hábitat básicamente interfluvial. Su economía, organización social y mundo espiritual son modelo asombroso de adaptación continua al medio ambiente selvático.
Hasta fines de la década de 1950, aproximadamente 500 waorani vivían en un territorio de 20.000 km2 que se extendían desde el río Napo al norte, hasta el Villano y Curaray, al sur; los límites oriental y occidental correspondían a los meridianos 76º W y 77º W 30´ respectivamente. Para entonces, autores como Yost, Wallis y Elliot, distinguían cuatro grupos: Guequetari, Piyemoiri, Baiwaorani y Huespeiri. Estos grupos estaban unidos por lazos de parentesco, pero sus relaciones se caracterizaban por su hostilidad y la guerra permanente entre los grupos y desde luego con los extraños a quienes denominaban "cohuori" (no waorani). Las guerras, por lo general, no tenían un carácter conquistador, sino de reproducción del pueblo a través de complejos mecanismos.
En 1958 tuvieron los primeros contactos con el Instituto Lingüístico de Verano (ILV) y las compañías petroleras y, desde entonces, han sufrido tremendas presiones para "integrarse" a la sociedad nacional. El ILV inició un proceso de agrupamiento de una Zona de Protección de 1605 km2 otorgada por el Estado. La concentración poblacional y el incremento demográfico experimentado por el cese de hostilidades, produjo un aumento de la densidad poblacional y por lo tanto una disminución de los recursos necesarios para su subsistencia. A partir de los años 70, la población se dispersó nuevamente, asentándose en toda la Zona de Protección y fuera de ella. Con la aplicación del Plan Nacional de Desarrollo (1980-1984), el Gobierno entregó a los waorani 716.000 Has, bajo el sistema de propiedad comunitaria, pero se ha realizado concesiones a compañías petroleras dentro de estas áreas. En la actualidad, la intensa explotación petrolera que se lleva a cabo en su territorio y la apertura de carreteras, han originado numerosos problemas y cambios substanciales en su forma de vida.
A partir de los años 70, la población se dispersó nuevamente, asentándose en toda la Zona de Protección y fuera de ella. Con la aplicación del Plan Nacional de Desarrollo (1980-1984), el Gobierno entregó a los waorani 716.000 Has, bajo el sistema de propiedad comunitaria, pero se ha realizado concesiones a compañías petroleras dentro de estas áreas. En la actualidad, la intensa explotación petrolera que se lleva a cabo en su territorio y la apertura de carreteras, han originado numerosos problemas y cambios substanciales en su forma de vida.





Los Tagaeri, últimos waorani libres
A diferencia de los otros grupos wao, los Tagaeri hasta hoy no permiten que nadie se acerque a ellos, prefiriendo vivir aislados, como lo han hecho por siglos. El único intento de 'contacto' fue llevado a cabo el 21 de julio de 1987 por Monseñor Alejandro Labaca y la Hermana Inés Arango, ambos de la Misión Capuchina. Sus objetivos: evangelizarlos y obtener su cooperación para el ingreso de las compañías petroleras a su territorio.
Tal intento les costó la vida a los dos. Los Tagaeri abandonaron sus casas y se hundieron en la espesura del bosque, siguiendo la tradición waorani de vivir en total 'simbiosis' con la selva, lo que les ha permitido sobrevivir a través de milenios. Nadie volvió a saber de ellos, hasta 5 años después, cuando desde una avioneta fue vista una casa, en cuyo alrededor se colocaron los tagaeri en posición de guerra, levantando sus lanzas afiladas de chonta….




ETNIAS Y COSTUMBRES HUAORANIS


                      Huaorani



Los huaorani o waorani (también llamados sabelaauishiriauca y huao) son un pueblo amerindio que habita al noroccidente de la Amazonia, al oriente de Ecuador. Los huaorani se subdividen en los grupos toñampare, quenahueno, tihueno, quihuaro, damuintaro, zapino, tigüino, huamuno, dayuno, quehueruno, garzacocha (río Yasuní), quemperi (río Cononaco), mima (en el curso medio del río Cononaco),1 Caruhue (río Cononaco) y Tagaeri.







Territorio

Por siglos los huaorani han defendido su territorio ancestral de enemigos indígenas y coloniales, pero actualmente está amenazado por la exploraciónpetrolífera y prácticas ilegales de registro de tierras. Está situado entre el río Curaray y el río Napo, cerca de 80 kilómetros al de Dureno, en un área de aproximadamente 30 mil km².




Lengua

Los huaorani hablan huao terero, transcrito también como wao tededo, una lengua aislada, y son unas dos mil personas. En los últimos 40 años, una parte de ellos se ha asentado en establecimientos permanentes en la selva. Pero, cinco comunidades, tagaeri, huiñatare, oñamenane y dos grupos de taromenane, han rechazado todo el contacto con los no huaorani, y se mueven continuamente en áreas más aisladas, generalmente en dirección de la frontera peruana.

El pueblo huaorani, es también conocido en lengua quechua, como los aucas (bárbaros, salvajes). Les caracteriza una economía de subsistencia dedicada a la recolección de plantas y a la caza con cerbatanas, las cuales suelen medir tres metros. Obtienen el curare (veneno) de sus dardos de la corteza de bejuco, y para pescar utilizan hojas de barbasco. Construyen sus casas con tejado de palma, y en estos recintos, habitan todos los miembros de un clan. 
Todavía encienden el fuego frotando dos palos, como algunos pigmeos y aborígenes australianos. Sus ropas consisten en un pequeño taparrabos, y los hombres se ciñen el prepucio a la cintura con el kume, una cuerda de chambira. Otra característica por la que se les conoce es por tener un total de 24 dedos, rasgo diferenciador, que proviene seguramente de las uniones entre primos hermanos para preservar su etnia.
Los huaorani saltaron a los titulares de la prensa cuando uno de sus grupos, los tagaeri, asesinó ritualmente al obispo español Alejandro Labaka y a la monja colombiana Inés Arango el 21 de julio de 1987. Esta matanza ritual, llevada a cabo por la totalidad de los tagaeri, incluidos mujeres y niños, volvió a replantear la leyenda de la ferocidad de los huaorani. El grupo tagaeri, era por esas fechas el más reacio a ser molestado en su territorio, así como a adaptarse a una forma de vida más “civilizada”. La presión de las petroleras, con intereses en la zona, estaba agravando la situación, cuando los religiosos asesinados intentaron explicar a los irreductibles tagaeri que no podrían seguir manteniendo su forma de vida tradicional. Este grupo de entre 20 o 30 individuos (incluido su jefe Taga), no ha vuelto a ser visto hasta la actualidad, pero los huaorani aún les temen, saben que son considerados traidores por dejarse aculturar por el hombre blanco.
Los huaorani son un fiel ejemplo del indio precolombino amazónico, luchador y fuerte, que cuando muere debe seguir luchando contra la “oruga furiosa”. Si logra caminar sobre ella alcanzará la vida eterna, todo depende de su valor y de Waenoni, el ser supremo. Un valor que se ve convertido en impotencia ante la destrucción del hombre blanco de su hábitat natural, el cual, con o sin petróleo, con o sin muertes, sigue avanzando.




Los Huaoranis entraron en contacto por primera vez con no-Huaoranis (o cowodes, como llaman ellos a los forasteros) a finales de los años 40. La petrolera Shell había empezado su primera perforación de sondeo en territorio tradicional Huaorani. Rápidamente abandonaron los esfuerzos debido a la ferocidad aplastante de los “anfitriones”. (El término Auca es en realidad el nombre que les dieron los Quechua, que se traduce a grandes rasgos como “¡salvaje!”). Más situaciones de contacto se produjeron a mediados de los años 50. Esta vez fueron misioneros lingüistas cristianos a quienes, según las afirmaciones que hicieron públicas más tarde, les motivó, al menos en parte, la amenaza de extinción que acechaba a los Huaoranis debido a los violentos conflictos inter-tribales y a la certeza de más perforaciones de petróleo. Este contacto inicial tampoco tuvo éxito. En 1956 cinco misioneros fueron asesinados a manos de los Indios Huaoranis, que los vieron como invasores. Por ese tiempo, la hermana de uno de los misioneros asesinados, Rachel Saint, consiguió lo que sería un contacto la mayor parte del tiempo pacífico y que se alargaría hasta el final de su vida. (La historia de Saint ha sido documentada.)